
El origen y la presencia de la falsa enseñanza | 3ra parte
31 mayo, 2018
La falsa enseñanza adentro y afuera | 2da parte
4 junio, 2018La falsa enseñanza adentro y afuera | 1ra parte

Nota del editor: Esta es la primera parte del articulo “La falsa enseñanza adentro y afuera”, que es el segundo capítulo en la serie “Falsos maestros“, publicada por la Tabletalk Magazine.
Una de mis materias favoritas cuando enseño historia de la iglesia a seminaristas trata sobre los primeros cuatro concilios ecuménicos. Mientras navegamos la historia a través de los Arianos y Nicea, los Capadocios y Constantinopla, una de las cosas que trato de mostrarle a los estudiantes es que cada hereje apela a la Biblia. De hecho, gran parte de la controversia cristológica en estos siglos se centró en cómo entender Proverbios 8.
El reconocer que las herejías a menudo comienzan desde una plataforma y base bíblicas debe humillarnos y advertirnos. Debería humillarnos, incluso castigarnos, el reconocer que podríamos propagar involuntariamente el error, incluso cuando enseñamos la Palabra inerrante de Dios. Aunque trabajamos en nuestros sermones y lecciones, luchando con el texto, tratando de hacerlo bien, siempre existe la posibilidad de que podamos enseñar el error de maneras que desvíen o confundan a los pequeñitos de Dios.
Pero esto también debería advertirnos que lo que pareciera ser una enseñanza bíblica obvia o útil podría en realidad ser una falsa enseñanza o incluso una herejía que pudiera destruirnos a nosotros y a nuestros oyentes. Especialmente hoy, cuando se empacan y se consumen tantas enseñanzas religiosas según la popularidad del maestro o el tamaño de su plataforma, no podemos simplemente decir que algo es “bíblico” y dejarlo así. Tenemos que poner la enseñanza a prueba, porque los pequeñitos de Dios son preciosos para Él y deben ser protegidos (Mat 18:6, 1 Jn 4:1).
Nuestra tarea es proteger al rebaño incluso mientras nos examinamos para asegurarnos de que nuestra enseñanza y nuestra doctrina sean puras.
Entonces, ¿cómo deberíamos responder ante el error? A lo largo del Nuevo Testamento, los apóstoles trataron de luchar contra la falsa enseñanza y la herejía. De hecho, en casi todas las epístolas alguna falsa enseñanza o herejía es puesta al descubierto y tratada. Por ejemplo, 1 Corintios trata con maestros que negaban la resurrección corporal de Jesús. Gálatas argumenta en contra de aquellos que decían que la justificación se recibía por fe en Jesús más el convertirse en judío, no por fe en Jesús solamente. En Colosenses, Pablo advierte contra una extraña enseñanza místico-judía que parecía combinar las leyes dietéticas judías con la filosofía griega esotérica. Primera de Juan se enfrenta a muchos que negaron que Jesús, el Hijo de Dios, vino en un cuerpo humano. Una y otra vez, los líderes de la iglesia lucharon contra la falsa enseñanza en sus iglesias.
Pero ese espíritu de lucha que mostró la iglesia primitiva parece estar muy lejos de la más refinada y posmoderna sensibilidad de nuestra cultura contemporánea. Inevitablemente, cualquier postura valiente en favor de la verdad bíblica es refutada con la simple acusación de que solo somos los “hijos guerreros” de algún maestro. O a veces aquellos que se esfuerzan por defender la sana doctrina son relativizados con la afirmación de que “en realidad no podemos conocer” la verdad después de todo. O algunos te dicen que tal o cual tiene el Espíritu sobre él, lo que significa que sus errores bíblicos no son realmente tan significativos. En fin, parece que nuestra generación está más preocupada por el tono que por la verdad.
Esto no quiere decir que al defender la fe podemos o debemos abandonar la amabilidad. Una señal de nuestra conversión es que tratamos a todos, incluso a los que están en error, con gentileza y cortesía (2 Tim 2:24, Tito 3: 2). Sin duda, podemos estar en desacuerdo sin ser desagradables. Y sin embargo, hay verdades en juego, e incluso más que verdades, hay personas preciosas a quienes Dios nos ha confiado para el cuidado pastoral y la supervisión. Nuestra tarea es proteger al rebaño incluso mientras nos examinamos para asegurarnos de que nuestra enseñanza y nuestra doctrina sean puras (1 Tim 4:16).
Nota del editor: En la segunda parte de este articulo, “La falsa enseñanza adentro y afuera”, veremos las tres falsas enseñanzas que podemos encontrar dentro de la iglesia y cómo detectarlas y tratar con ellas: el moralismo, el legalismo y el antinomianismo.
Este articulo fue publicado originalmente en la Tabletalk Magazine. Lo hemos dividimos en 4 partes para facilitar la lectura:
1ra parte: Introducción
2da parte: El peligro de adentro
3ra parte: El peligro de afuera
4ta parte: Pastoreando con la Palabra