¿Quién eres? ¿Cuál es el propósito de tu vida? No podrás responder a estas preguntas si no sabes de dónde vienes y adónde vas. 

Como personas creadas a imagen de Dios, encontramos nuestra identidad en Él. Y como cristianos comprados con la preciosa sangre del Hijo de Dios, recibimos la promesa de un hogar eterno en Su presencia. Sabiendo todo esto, nuestro propósito privilegiado como cristianos es vivir humildemente bajo la autoridad de Dios y vivir gozosamente para Su gloria. Esta es la vida coram Deo: «delante del rostro de Dios».

 
Cada momento de nuestra vida transcurre bajo la mirada vigilante de Dios. Pero en lugar de dejarnos a merced de Su santo juicio, Dios nos ha quitado nuestros trapos de inmundicia y nos ha cubierto con la justicia de Su Hijo. A través de la fe en Jesucristo, somos liberados de los grilletes del pecado para cumplir con el propósito de nuestra vida, libres para vivir para Él.

R.C. Sproul a menudo nos recordaba que los cristianos viven coram Deo, «delante del rostro de Dios». Puesto que el Señor nos ha creado y redimido, toda nuestra vida le pertenece a Él. Dios es el Rey de cada uno de nuestros alientos, de cada una de nuestras relaciones y de todo el trabajo de nuestras manos. No hay lugar para los intereses divididos, sino para la devoción incondicional a Aquel que nos hizo para Él.

Dado que los ojos de Dios están siempre sobre nosotros, nuestros ojos nunca deben dejar de mirarlo. Si sometemos nuestras mentes a Sus enseñanzas y mantenemos nuestras conciencias cautivas a Su Palabra, Dios nos dará todo lo que necesitamos para vivir fielmente delante de Su rostro. No solo eso, sino que el Señor promete darnos lo que más desea nuestro corazón: ver Su rostro. Al final del viaje de la vida, nuestra fe se convertirá finalmente en vista cuando seamos conducidos al disfrute infinito de Dios mismo.

Afrontemos el día de hoy con la mente puesta en ese día, viviendo en gozosa sumisión a Aquel que es nuestro todo en todo.


Mira el vídeo coram Deo en siete idiomas.

 

R.C. Sproul

El Dr. R.C. Sproul dedicó su vida a ayudar a las personas a crecer en su conocimiento de Dios y Su santidad. A lo largo de su ministerio, el Dr. Sproul hizo accesible la teología aplicando las verdades profundas de la fe cristiana a la vida cotidiana. Actualmente sigue siendo reconocido en todo el mundo por su articulada defensa de la inerrancia de la Escritura y la necesidad de que el pueblo de Dios se pare con firmeza en Su Palabra.

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