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¿Por qué vino Jesús del cielo a morir en la cruz? En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols nos habla del libro de Anselmo ¿Por qué Dios se hizo hombre?, que nos ayuda a comprender la obra redentora de Cristo.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols.
La semana pasada estuvimos considerando los dos grandes libritos de Anselmo, donde examinamos su obra Proslogion. Esta semana estaremos hablando de su obra Cur Deus Homo. El título en latín, Cur Deus Homo, en español significa: ¿Por qué Dios se hizo hombre?
Es una pregunta de suma importancia. ¿Por qué Dios se hizo hombre? ¿Por qué vino Jesús y por qué murió en la cruz? ¿De qué se trata todo esto? Bueno, en este libro Anselmo está tratando de descifrarlo. El libro es en realidad un diálogo, entre Anselmo y un hombre llamado Boso. Al inicio, nos sitúa en un lugar muy fascinante. Comienza con el tema de la justicia divina. Ahora, piensa en esto por un momento. ¿Por qué Anselmo comienza allí? Empieza allí porque ese punto de partida está directamente relacionado con lo que pensamos de Cristo y lo que pensamos de Su obra.
Si tenemos la idea de que somos básicamente buenas personas y de que Dios es un Padre celestial amoroso, y de que todo lo que tenemos que hacer es ser mejores, eso sin duda influirá la manera en que pensamos de Cristo y de lo que hizo en la cruz. Pero si partimos de la idea de que Dios es santo y nosotros, en nuestra humanidad, somos pecadores, y no merecemos otra cosa que la ira divina porque eso es lo que exige la justicia de Dios, entonces lo que pensamos de Cristo y lo que pensamos de la cruz es algo totalmente distinto, ¿no es así?
Pues, así nos introduce Anselmo en este tema. Comienza con esta idea de la justicia divina. Dios no puede mirar nuestros pecados y actuar como si nunca los hubiéramos cometido. No puede tomar nuestros pecados y levantar la alfombra cósmica, por así decirlo, y esconderlos debajo de ella sin que nadie se dé cuenta. Si Él hiciera eso, no sería Dios. No sería justo. No sería santo. Así que Dios no puede hacer eso.
Anselmo hace que su interlocutor Boso considere otras cosas que Dios puede hacer, y al final, Anselmo lleva a Boso a reconocer que solo hay una manera de que la justicia divina pueda ser satisfecha.
De hecho, cerca de la mitad del libro hay un maravilloso punto de inflexión, y Anselmo dice: «Oh, mi querido Boso, no has considerado aún cuán grande es el peso del pecado». Y esa es la bisagra sobre la que gira todo el libro. Una vez que aceptamos esto, tenemos que ver a Jesús como el Dios que se hizo hombre, verlo plenamente identificado con nosotros. Como nos dice el autor de Hebreos, tenemos un Sumo Sacerdote que se compadece de nuestras flaquezas. Tenía que ser hecho semejante a nosotros en todo, pero sin pecado, como dice el autor de Hebreos. Nosotros somos los transgresores y por eso es necesaria la humanidad de Jesús. Así que si Él fuera solo una persona que muere, sería solo un hombre que muere por sus pecados. Eso no es suficiente para satisfacer la justicia divina. Así que, esta persona, Jesús, que es completamente humano, también es completamente Dios. Él es Dios hecho hombre. Y en Su divinidad hace un sacrificio que es de valor infinito, y es suficiente para satisfacer la justicia divina y de hecho paga el castigo.
Quizá has escuchado esta expresión: «Yo tenía una deuda que yo no podía pagar. Y Él pagó una deuda que Él no debía». Esa es, en realidad, la esencia de la tesis del libro. Ese es el argumento que Anselmo trata de hacernos comprender. Pero este no es solo una especie de argumento intelectual que nos ayuda a ver a Jesús como Dios hecho hombre. O que nos lleva a entender intelectualmente Su muerte sustitutiva en la cruz, como el único medio que satisface la justicia divina, o cómo esto teóricamente resuelve nuestro problema principal como pecadores bajo la ira de Dios.
Anselmo no plantea meramente un ejercicio intelectual, sino que, mientras guía a Boso a ver esto intelectualmente, también lo está llevando a reconocer por medio del evangelio quién es este Dios a quien adoramos. Nos está ayudando a nosotros a adorar a Jesucristo, el Dios hecho hombre. Y este maravilloso texto de 1098 nos ayuda a nosotros también.
Soy Steve Nichols. Gracias por acompañarnos en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia.