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En su libro Proslogion, Anselmo busca una razón para la existencia de Dios. En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols nos habla de este pequeño libro que tuvo un gran impacto en la historia de la filosofía.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols.
Hace unas semanas tomamos un tiempo para hablar de Anselmo, y consideramos una fecha muy importante en su vida. La fecha fue 1066. Fue un día decisivo en la historia de Inglaterra y resultó ser, sin que él lo supiera, un día decisivo en la vida de Anselmo.
¿Quién era Anselmo? Anselmo era un monje en el monasterio de Bec en Normandía. Y cuando Guillermo el conquistador fue a Inglaterra y la conquistó en 1066 trajo a Lanfranc, superior de Anselmo, para ser el Arzobispo de Canterbury. Cuando Lanfranc murió sugirió que Anselmo lo reemplazara. Y así Anselmo se convirtió en Arzobispo de Canterbury, cargo que ocupó desde 1093 hasta su muerte en 1109.
Su vida de 1033-1109 fue muy decisiva en la historia de la tradición cristiana. Una vida muy crucial tanto en la historia de la filosofía como en la historia de la teología. Por eso pensé que debíamos volver atrás y pasar un poco más de tiempo con Anselmo; él se lo merece. Y lo que haremos es examinar dos de sus libros a los que he llamado «libritos grandiosos» porque, aunque su contenido es grande no son libros muy largos.
De hecho, el primer libro que vamos a ver se llama Proslogion. Y tiene menos de treinta páginas. Eso es impresionante. Este libro ha tenido un gran impacto en la historia de la filosofía y tiene menos de treinta páginas. El otro libro es Cur Deus Homo, el cual ha tenido un gran impacto en la historia de la teología. Este libro tiene alrededor de ochenta páginas. Así que estos son dos «libritos grandiosos».
Proslogion es un libro que Anselmo escribió entre 1077 a 1078. Es decir, le tomó un periodo de aproximadamente uno o dos años escribir un libro de treinta páginas. Pero es porque es un libro muy denso mayormente en forma de oración a Dios. Anselmo le pide a Dios al principio del libro que le conceda entender. Y luego dice que le encantaría tener una razón de que Dios existe. Y le pide a Dios que le de una razón de su existencia.
Ahora, Anselmo comienza su libro reconociendo que es pecador, y porque es pecador, y por lo que ha perdido en la caída, dice: «Oh, miserable caída. Hemos renunciado a aquello para lo que fuimos creados: nuestra bendición. Y hemos recibido aquello para lo que no fuimos creados: nuestra miseria». Anselmo reconoce que parte de la implicación de la caída es que nuestro intelecto está manchado. La caída nos deja, como más tarde Calvino dirá, «totalmente depravados».
Entonces, aquí radica el problema. Y por ende, Anselmo reconoce que necesitamos revelación, necesitamos que Dios mismo nos enseñe. Pero Anselmo también reconoce que somos seres con intelecto. Que Dios nos ha hecho criaturas racionales, y aunque el pecado nos ha impactado seguimos siendo criaturas racionales. Y por eso le pide a Dios que le dé una razón de que Él existe. Y así en el Proslogion, Anselmo promueve uno de los argumentos filosóficos para la existencia de Dios. Lo llamamos el «argumento ontológico».
Es un argumento muy elemental. Es bastante complicado, pero muy básico, y es esencialmente esto: Tenemos la idea de que Dios existe. Y tenemos la idea de que Dios existe como un ser perfecto. Y entonces él dice: existir en la realidad es superior a la idea en la mente de existir. Podríamos plantearlo así: ¿qué preferirías tener, cien dólares o la idea de cien dólares? Bueno, creo que me quedaría con los cien dólares, ¿no? Así que la existencia en la realidad es superior a la existencia en la mente.
Así que, si tenemos la idea de un ser perfecto, pero que solo existe en nuestra mente, entonces no es perfecto, ¿verdad? Porque Él solo existiría como una idea, no como realidad. Y como tenemos la idea de Dios, Dios existe; el ser perfecto existe. Y Anselmo dice: «Y tú, oh Señor, eres este ser».
Si logras encontrar este libro de Anselmo, el Proslogion, y puedes leerlo, verás en esta maravillosa oración de este monje cómo Dios le ayudó a encontrar una razón para creer que Dios existe. Y está en este librito grandioso de Anselmo.
Soy Steve Nichols. Gracias por acompañarnos en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia.