Wilberforce
6 junio, 20241517
20 junio, 20241245
G.K. Chesterton fue un prolífico autor del siglo XX. Escribió acerca de todo tipo de temas, desde historia de la iglesia hasta cuentos de detectives. En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols nos habla de la biografía de Tomás de Aquino escrita por Chesterton.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols.
En el episodio titulado 325, les comentaba que el Concilio de Nicea del año 325 era mi momento favorito de la historia de la iglesia. En los próximos episodios quiero hablarles de otros momentos favoritos. Y mi segundo momento histórico favorito ocurre más adelante, en el año 1245, en la época de Tomás de Aquino, y este será nuestro tema de hoy.
G. K. Chesterton escribió muchos libros, desde libros sobre la historia de la iglesia hasta novelas de misterio e historias de detectives (como sus historias de El padre Brown). Entre esos libros escribió uno llamado El buey mudo. Parece un libro de insultos, ¿no? Pues no lo es. En realidad, es una biografía del personaje que es el tema de este episodio. Ese personaje es Tomás de Aquino, nacido en 1225 en el siglo XIII. Y aunque Chesterton no es una figura del siglo XIII sino del siglo XX, él tiene mucho que decirnos sobre Tomás de Aquino.
Tomás de Aquino nació en el castillo del conde de Aquino en la costa occidental de Italia. Cuando era joven, Tomás anunció a su familia que quería ser monje. Este anuncio no fue bien recibido. De hecho, «conmoción y horror» sería una mejor manera de describir su reacción. Hicieron que lo secuestraran y lo encerraran en el castillo familiar. Sin embargo, la iglesia presionó a la familia y al final cedieron y lo liberaron.
Entonces, en 1245, Tomás llegó a París. A partir de entonces dejaría su huella en la historia de la iglesia. De hecho, creo que Tomás tiene pocos iguales en toda la historia de la iglesia. Cuando estuvo en París, Tomás estuvo bajo la influencia de Alberto Magno, o Alberto el Grande. Alberto introdujo a Tomás al gran filósofo griego Aristóteles. La obra de Aristóteles le dio a Tomás una manera totalmente nueva de pensar y de abordar la teología.
Una de las obras clave de Tomás es la Summa Theologiae. La mejor manera de traducir esto sería «Un resumen teológico». Es una «sinopsis», un «compendio», o «síntesis» de teología. Por eso en español se le llama como en latín, «Suma teológica».
Tomás comenzó esta obra en 1265, veinte años después de llegar a París. La Suma teológica es un libro que busca abordar cada pregunta posible que puedas hacer con respecto a la teología.
Tomás de Aquino nos da en este libro una maravillosa definición de la teología. Él dice en latín: Theologia Deum docet. Es decir, «La teología es enseñada por Dios». Luego dice: «La Teología enseña a Dios» (a Deo docetur). Y dice que: «Conduce a Dios» (ad Deum ducit). Así pues, la teología es enseñada por Dios, enseña a Dios y conduce a Dios. Esto nos recuerda, en primer lugar, que la teología no es una labor ascendente, sino descendente. Es Dios quien se revela y nos enseña la teología. La revelación está en su centro. Eso nos recuerda cuál es el objeto de la teología. La teología enseña acerca de Dios. Dios es el tema. Su voluntad, Sus decretos y Su obra en este mundo son los temas de la teología. ¿Y cuál es el fin de la teología? ¿Es acaso la acumulación de información, la acumulación de datos? No, Tomás de Aquino nos recuerda que en última instancia nos conduce a Dios. Y eso es lo que él se propone hacer en su Summa, esta obra monumental de la Edad Media del siglo XIII.
Hay otra frase genial de Tomás que me gustaría compartir. Él dice: «La falta de alegría es pecaminosa, pues alguien sin sentido del humor es una carga, porque no puede ofrecer a los demás el placer de la palabra jocosa, y porque su amargura le impide responder al humor de los demás». Hay que apreciar a un teólogo que puede escribir volúmenes de teología sistemática y, sin embargo, incluir en sus páginas el placer de hablar de forma jocosa.
Soy Steve Nichols. Gracias por acompañarnos en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia.