El caso Briggs
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La iglesia es fundamental para la fe cristiana. En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols nos lleva al clásico de John Bunyan El Progreso del peregrino para ayudarnos a explorar la definición de la iglesia.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols.
Quisiera dedicar dos episodios para responder a una pregunta muy importante: «¿Qué es la iglesia?». Y para comenzar a responder esta pregunta quiero examinar un precioso libro clásico: El Progreso del Peregrino de Juan Bunyan. Esta obra es una alegoría de un personaje llamado Cristiano, con lo cual Bunyan quería ilustrar la vida de todos los cristianos. En esta alegoría Bunyan nos cuenta cómo el personaje llamado Cristiano llegó a Cristo, cómo vivió la vida cristiana y cómo finalmente se abrió paso hacia la ciudad celestial. El episodio del libro que quiero examinar con ustedes es el que llamamos «La casa construida por el Señor del Collado». Ahora, en esta escena aprendemos mucho sobre lo que Juan Bunyan y los puritanos piensan de la naturaleza de la iglesia. Esta puede ser una parte muy instructiva del libro, y quiero pasar un poco de tiempo revisándola con ustedes.
En este punto de la obra, Cristiano ya ha estado en la cruz. Sus pecados han sido perdonados y está abriéndose camino a lo largo de su peregrinación en la vida cristiana. No ha sido necesariamente un camino de rosas para Cristiano. Ha tenido sus desafíos y sus altibajos. En este momento del libro en el que nos encontramos, puedes casi imaginarte que el sol se está poniendo, ya se siente el frío del atardecer, y de repente Cristiano ve una casa en lo alto del collado. Se encuentra con el portero en la puerta y le dice: «¿Qué casa es esta? ¿Puedo alojarme aquí esta noche?». Y el portero le responde: «Esta casa fue construida por el Señor del collado, y lo hizo para el alivio y seguridad de los peregrinos». He aquí, en pocas palabras, la definición de la iglesia. La iglesia fue construida por el Señor del collado, y su propósito es el alivio y la seguridad de los peregrinos.
Por supuesto que Cristiano quiere quedarse allí, y el portero dice: «Bueno, antes de dejarte entrar, tenemos que traer a las damas de la casa». Y entonces introduce a Discreción, Piedad, Prudencia y Caridad, quienes comienzan a interrogar a Cristiano. Y lo que esto representa es la membresía de la iglesia. En el mundo puritano, se hablaba de una «profesión creíble de fe» antes de que uno pudiera ser admitido a una iglesia para ser miembro de esta. Y eso es lo que vemos aquí. Así que le están pidiendo que recuerde su viaje y cómo llegó a la vida cristiana, y que recuerde su testimonio cuando estaba ante la cruz y de lo que ha ido aprendiendo en el transcurso de la vida cristiana.
Entonces Cristiano responde a todas sus preguntas y le dejan entrar en la casa. Luego se reúnen para compartir y comienzan a preguntarse unos a otros qué han aprendido sobre la vida cristiana y qué han aprendido durante el viaje. Y en un momento Prudencia le dice: «¿Recuerdas con cuáles medios has logrado vencer las dificultades?». Y el contexto allí es que las dificultades son esas cosas que casi quieren desviarlo, y le impiden progresar en la vida cristiana.
¿Cómo se vencen estas dificultades? He aquí lo que Cristiano dice que es la respuesta: «Sí, no tengo más que acordarme de lo que vi en la Cruz, eso me libra de ellas. Y cuando miro mi vestidura bordada…y leo el rollo que llevo en mi seno, también lo hace. Y cuando pienso con esperanza a dónde voy, desaparecen». ¿Entiendes lo que está queriendo decir Cristiano? Está tratando de tener perspectiva de su vida en el presente mirando hacia atrás a su salvación, mirando a la cruz, y mirando hacia adelante a su glorificación cuando esté en el cielo.
Así que tienen este maravilloso tiempo de comunión. Pero el objetivo de la iglesia no es el tiempo de comunión. De hecho, la iglesia apunta a lo que va a venir después. Y lo que viene después es la cena, el banquete, y es todo un banquete del Rey lo que se prepara. Bunyan habla de ello como si la mesa estuviera «provista de ricos y sustanciosos manjares, y de vino bien refinado». Y este era el propósito. A esto conducía todo: la vida cristiana se ilustra con la figura de sentarnos a la mesa para comer en comunión el pan de la Palabra. Pero, tendremos que retomar la historia la próxima semana sobre lo que sucede cuando los personajes de la alegoría de Juan Bunyan se sientan a cenar.
Soy Steve Nichols. Gracias por acompañarnos en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia.