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Vanidad
15 julio, 2023Historias de la gracia de Dios: Conoce a Christiane
Cuando cuestionamos el valor de nuestras vidas, podemos caer en la tentación de buscar la validación de los demás. Sin embargo, las Escrituras nos recuerdan que nuestro valor no proviene del mundo, sino de nuestra identidad como personas hechas a imagen de Dios. En su búsqueda de la verdad, una mujer descubrió las confiables enseñanzas bíblicas de los Ministerios Ligonier. Conoce a Christiane.
La Palabra de Dios es el único árbitro de la verdad. Y si algo contradice la Biblia, tengo que creer la Biblia. —Christiane


Transcripción
Yo nací y crecí en la Florida. Mis padres vinieron aquí desde Haití en los años ochenta. Desde muy pequeña, mis padres en realidad nunca me expresaron ningún tipo de amor o agradecimiento o alguna seguridad de que como niña tu vida importa o que tienes un propósito aquí en la tierra. Así que buscaba mi valía y valor en otras personas.
Cuando todos mis amigos me abandonaron y ya no querían saber nada de mí, en cierto modo desprecié cómo Dios me había creado. Empecé a luchar con la depresión y pensamientos suicidas. en realidad. En esencia, esto venía de mi valía, mi valor, mi comprensión yo no tenía comprensión. No tenía comprensión de Dios. No tenía comprensión de la misericordia de Dios o incluso del capítulo básico que es Génesis 1 donde dice que Dios nos creó a Su imagen y semejanza, varón y hembra, nos creó. No sabía nada de eso. Me sentía inútil. Me dije: «Bueno, no es necesario que existas. El mundo estaría mejor sin ti».
Realmente estaba contemplando el suicidio, y recuerdo que clamé y dije: «Dios, si eres real, si estás aquí, rescátame de mis pecados y ayúdame».
Después de pedir esto, la misericordia de Dios, Su Palabra y Su luz iluminaron mi corazón. El espíritu de Cristo restauró mi corazón. Es difícil escuchar en esos momentos suicidas: «Oh, eres hermosa». «Eres suficiente». «Tu vida importa». Es muy difícil salir de ese pozo oscuro de querer acabar con tu vida. Así que se necesita algo sobrenatural, se necesita algo mucho más poderoso. Y la obra del evangelio comenzó realmente a manifestarse en mi vida.
Recuerdo que tenía el hábito de leer la Biblia, pero también estaba atascada tratando de descubrir qué es el cristianismo verdadero y qué es el cristianismo falso. No sabía teología. Nadie me había enseñado sobre la santidad de Dios. Escuchaba a ciertos predicadores y canciones y cosas que eran muy vagas en su teología. Entonces, me di cuenta de que quería algo más, más significativo.
Cuando encontré por primera vez a Ministerios Ligonier, sentí que había hallado algo que había estado buscando, y esto era buena enseñanza bíblica. Y me dije: «Guau, quiero más de esto».
Estoy estudiando derecho, y cuando escribo mis trabajos de la universidad, sé que Ligonier es un recurso que me ayuda a lidiar con lo que aprendo en la escuela. Y me siento mejor equipada.
Cuando estás en el mundo, en una universidad secular, y eres la única cristiana en clase, tu fe se ve desafiada. A menudo tengo que afrontar eso en mi carrera. ¿Quién determina la moralidad? ¿Es Dios en Su Palabra o es el mundo? Y eso es algo que Ligonier me ha enseñado a aplicar en mi vida diaria.
La Palabra de Dios es el único árbitro de la verdad. Y si algo contradice la Biblia, tengo que creer la Biblia. Porque la Biblia es verdadera, es infalible, es inerrante para darte todo lo que concierne a la vida y a la piedad.
Ver cómo las interminables olas rompen en la orilla me recuerda las misericordias de Dios que son nuevas cada mañana. En algún momento, como cristianos, luchamos con ¿soy realmente salvo? ¿Realmente Dios me llamó y me eligió? Entender que si Él puede causar providencialmente los amaneceres y las puestas de sol, Él también tiene el control de tu salvación.
Cuando a veces me preocupo y digo Dios, ¿cómo podré sostenerme? La respuesta es que no puedo sostenerme. No tengo nada bueno que aportar. Todo lo bueno que tengo es gracias a Él.
Él me sostendrá.