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5 enero, 2021La diferencia entre «Hijo de Dios» e «Hijo del Hombre»
A Jesús se le dan muchos títulos en las Escrituras. ¿Qué significa que Él es el «Hijo de Dios» y el «Hijo del Hombre»? En este breve video, R.C. Sproul revela que estos dos títulos en realidad significan algo diferente de lo que podríamos esperar.
Esta enseñanza viene del episodio de Renovando Tu Mente: «La confesión de Cesarea de Filipo», el cual es parte de la serie de enseñanza «Del polvo a la gloria».
Transcripción
Solo al pasar, permítanme pedirles que presten mucha atención, cuando lean los evangelios, al uso de la frase o al título «Hijo del Hombre». Es uno de los títulos más importantes para Jesús en el Nuevo Testamento y, sin embargo, al mismo tiempo, uno de los que, con frecuencia, es más mal entendido.
Parte de la razón es que vemos una diferencia entre los títulos «Hijo del Hombre» e «Hijo de Dios» y dada la confesión histórica de la Iglesia, de la naturaleza dual de Jesús (que Él tenía una naturaleza divina y una naturaleza humana), la tendencia de la gente es asumir que cuando Jesús se refirió a Sí mismo como «el Hijo del Hombre», estaba hablando de Su naturaleza humana y cuando se le refiere como «el Hijo de Dios», se está refiriendo a la relación con Su naturaleza divina.
Bueno, no es tan simple como parece porque ambos títulos tienen entre ellos elementos que hacen referencia a Su deidad y Su humanidad. Pero, en todo caso, el énfasis en los dos es justo lo contrario de lo que normalmente se esperaría.
El título «Hijo de Dios» se da, en primera instancia en la Escritura, a quienes manifiestan obediencia al Padre; la filiación se define aquí, en su mayor parte, no en términos biológicos, sino en términos de estar de acuerdo o en sumisión y aspectos similares. Recuerden que Jesús mismo, en Sus discusiones con los fariseos, quienes afirmaban ser hijos de Abraham, Jesús los reprende y les dice: «Ustedes son hijos de Satanás. Ustedes son hijos de aquel a quien obedecen».
Ahora, no me malinterpreten, «el Hijo de Dios» también contiene, en ciertas referencias del Nuevo Testamento, indicaciones claras de la filiación eterna y deidad de Jesús. Por lo tanto, no queremos sobreestimar el caso. Pero este título «Hijo del Hombre», es al que quiero que presten mayor atención cuando lean los evangelios, porque se usa muy a menudo en el Nuevo Testamento, y en todas las veces, menos tres que aparecen en el Nuevo Testamento, viene de los labios de Jesús; y se refiere a la visión del Antiguo Testamento que fue escrita por el profeta Daniel, donde Daniel tuvo una visión en el interior de la corte celestial de Dios, donde vio al Anciano de Días entronado y fue establecido el juicio. Y viene al Anciano de Días uno semejante al Hijo del Hombre, a quien le es dada la autoridad para juzgar al mundo.
De modo que, en el primer caso, el Hijo del Hombre es una persona celestial, una persona celestial que desciende a este mundo, cuyo papel principal en Su visita a esta tierra es la de Juez celestial. Y luego Él regresa a la presencia de Dios en Su ascensión. Recordemos que Jesús dice: «Nadie asciende al Padre, sino aquel que ha descendido primero de Él».
De nuevo, tendemos a pensar que cuando Jesús se llama a sí mismo «el Hijo del Hombre» era una expresión de humildad, cuando en realidad era una afirmación de autoridad divina. Por eso quiero que noten esto. Cuando Él sana en el Sabbat y es reprendido por Sus enemigos, Él dijo: «Hice esto para que sepan que “el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo”». Y cuando Él perdona los pecados y crea un alboroto por parte de Sus contemporáneos, quienes decían: «Solo Dios tiene el poder para perdonar los pecados»; Jesús dijo, «Hice esto para que puedan saber que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar los pecados».
Y una y otra, y otra vez, ustedes empezarán a ver que este título «Hijo del Hombre» que Jesús usa para Sí mismo es un título muy exaltado.