Gozar de Dios, coram Deo
30 diciembre, 2021Un líder «Grande»
1 enero, 2022El «TULIP» y la teología reformada: la gracia irresistible
Nota del editor: Este es el quinto artículo en la serie especial de R.C. Sproul: El «TULIP» y la teología reformada
En el pensamiento histórico de la reforma, la noción es esta: la regeneración precede a la fe. También creemos que la regeneración es monergista. Esa es una palabra corta y fácil. Significa esencialmente que la operación divina llamada nuevo nacimiento o regeneración es obra de Dios solo. Un erg es una unidad de labor, una unidad de trabajo. La palabra energía proviene de esa idea. El prefijo mono significa «uno». Así que, monergismo significa «uno trabajando». Significa que la obra de regeneración en el corazón humano es algo que Dios hace por Su poder solo; no con un cincuenta por ciento de Su poder y cincuenta por ciento del poder humano, o incluso con noventa y nueve por ciento de Su poder y uno por ciento de poder humano. Es cien por ciento obra de Dios. Él, y solo Él, tiene el poder de cambiar la disposición del alma y el corazón humano para llevarnos a la fe.
Además, cuando Él ejerce esta gracia en el alma, produce el efecto que se propone producir. Cuando Dios te creó, te trajo a la existencia. Tú no lo ayudaste. Fue Su obra soberana la que te trajo a la vida biológicamente. Del mismo modo, es Su obra, y solo la Suya, la que te trae a un estado de nuevo nacimiento y creación renovada. Por eso llamamos a esto gracia irresistible. Es gracia que funciona. Es la gracia que produce lo que Dios quiere que produzca. Si, en efecto, estamos muertos en delitos y pecados, y si, en efecto, nuestras voluntades están cautivas a los deseos desordenados de nuestra carne y necesitamos ser liberados de nuestra carne para poder ser salvos, entonces, en el análisis final, la salvación debe ser algo que Dios hace en nosotros y por nosotros, no algo que nosotros hagamos de alguna manera por nosotros mismos.
Sin embargo, la idea de irresistibilidad evoca la idea de que no se puede ofrecer ninguna resistencia a la gracia de Dios. No obstante, la historia de la raza humana es la historia de una resistencia implacable a la dulzura de la gracia de Dios. La gracia irresistible no significa que la gracia de Dios sea incapaz de ser resistida. De hecho, somos capaces de resistir la gracia de Dios, y la resistimos. La idea es que la gracia de Dios es tan poderosa que tiene la capacidad de superar nuestra resistencia natural a ella. No es que el Espíritu Santo arrastre a personas que están pateando y gritando a Cristo en contra de su voluntad. El Espíritu Santo cambia la inclinación y la disposición de nuestras voluntades, de modo que aunque antes no estábamos dispuestos a abrazar a Cristo, ahora estamos dispuestos, y más que dispuestos. De hecho, no somos arrastrados hacia Cristo, sino que corremos hacia Cristo y lo abrazamos con gozo porque el Espíritu ha cambiado nuestros corazones. Ya no son más corazones de piedra que son insensibles a los mandatos de Dios y a las invitaciones del evangelio. Dios derrite la dureza de nuestros corazones cuando nos hace nuevas criaturas. El Espíritu Santo nos resucita de la muerte espiritual, de modo que venimos a Cristo porque queremos venir a Cristo. La razón por la que queremos venir a Cristo es porque Dios ya ha hecho una obra de gracia en nuestras almas. Sin esa obra, nunca tendríamos ningún deseo de venir a Cristo. Por eso decimos que la regeneración precede a la fe.
Tengo un pequeño problema con el uso del término gracia irresistible, no porque no crea en esta doctrina clásica, sino porque es confusa para muchas personas. Por lo tanto, prefiero el término de gracia efectiva, porque la gracia irresistible de Dios efectúa lo que Dios quiere que efectúe.
En el último artículo, concluiremos considerando la P en TULIP: la perseverancia de los santos.
Ver además:
- El «TULIP» y la teología reformada: una introducción
- El «TULIP» y la teología reformada: depravación total
- El «TULIP» y la teología reformada: la elección incondicional
- El «TULIP» y la teología reformada: la expiación limitada
- El «TULIP» y la teología reformada: la gracia irresistible
- El «TULIP» y la teología reformada: la perseverancia de los santos
Pasajes de las Escrituras para estudiar más a fondo: Juan 10:3, 4; 11:38-46; Gálatas 1:15; Apocalipsis 22:17
Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.