La única carta que se conserva de Tyndale
8 junio, 2023Sesenta y siete valones
22 junio, 2023Himnos de la Reforma
A lo largo de su vida, Martín Lutero escribió muchos himnos, siendo el más famoso «Castillo fuerte es nuestro Dios». En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols relata el compromiso de Lutero de dotar a la iglesia con himnos centrados en la Palabra de Dios.
Transcripción
Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols.
En episodios recientes nos hemos referido a la vida y los escritos de Martín Lutero. En el episodio de hoy quisiera conversar sobre los primeros himnos escritos durante la Reforma protestante, entre los cuales Lutero jugó un papel preponderante como autor de los primeros himnos de esa época. Como sabemos, la música ha jugado un papel preponderante en la historia de las civilizaciones y la Reforma no fue la excepción.
De hecho, Martín Lutero dijo una vez: «Después de la teología, confiero el lugar más alto a la música». Es interesante que parte de la vida de Lutero se desarrolló alrededor del castillo de Wartburg. El castillo de Wartburg fue construido en la Edad Media y está situado al borde de un precipicio de 410 metros al sur oeste de la ciudad de Eisenach que puede apreciarse por completo desde este castillo. Este castillo probablemente sirvió de inspiración para el más famoso himno compuesto por Lutero: Ein’ feste Burg ist unser Gott, es decir, «Un Castillo fuerte es nuestro Dios».
Lutero es, por supuesto, bien conocido como el compositor de este amado himno. Sin embargo, Castillo Fuerte no fue el primer himno de Lutero.
Lutero escribió su primer himno en 1523. El contexto era que había dos monjes de Amberes que fueron citados a Bruselas y sometidos a juicio. Habían expresado su devoción al evangelio, y allí en Bruselas fueron condenados como herejes, excomulgados y quemados en la hoguera. Cuando llegó la noticia de este suceso a Lutero, decidió honrar sus vidas y su martirio mediante un himno. Lutero lo tituló «Aquí comenzará una nueva canción». Realmente es una balada popular que consta de diecisiete estrofas.
Después de escribir esa canción, Lutero observó la liturgia de la iglesia y decidió que esta necesitaba una renovación de su música tanto como necesitaba una renovación de su teología. Así que escribió una carta a Jorge Espalatino, secretario de Federico el Sabio y también predicador en Wittenberg. Y Lutero escribió: «Gracia y paz. Estoy planeando, según el ejemplo de los profetas y los padres de la iglesia, crear salmos informales, es decir himnos, para la gente común, de modo que la Palabra de Dios permanezca con el pueblo también a través del canto. Por eso, estamos buscando poetas por todos lados». Lutero se dedicó a este proyecto de escribir himnos, y en 1524 se elaboró el primer himnario. Tenía ocho himnos, cuatro de ellos de Lutero. Para 1546, se habían impreso más de cien himnarios.
En el siglo siguiente, en la iglesia de habla inglesa habría himnos compuestos por gente del pueblo. Pero el primero fue Lutero y estos himnos alemanes. El más famoso de sus treinta y ocho himnos es «Castillo fuerte es nuestro Dios». El título y el primer verso evocan la imagen de un castillo, una fortaleza, no muy diferente del Castillo de Wartburg, que se eleva sobre la ciudad de Eisenach, donde Lutero permaneció después de la Dieta de Worms. Al mirar a Wartburg, tienes un sentido de seguridad. Lutero quiere que pensemos en Dios como nuestro castillo fuerte, como una poderosa fortaleza o baluarte que nunca nos falla.
Pero hay otro verso del gran himno de Lutero que es digno de consideración. Unas estrofas más adelante, Lutero nos dice: «Esa palabra», es decir, Cristo, el Logos, «está por encima de todos los poderes terrenales». En la época de Lutero, este castillo representaba el poder; los cañones estaban preparados y listos para defenderlo. Sin embargo, Lutero sabe que, por encima de estos poderes terrenales, existe otro poder: Cristo, que ciertamente está por encima de todos los poderes terrenales.
Estos son los himnos de Martín Lutero, y este es el castillo de Wartburg. Soy Steve Nichols. Gracias por acompañarnos en 5 Minutos en la Historia de la Iglesia.