Fundamentos doctrinales — El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, igual en poder y gloria, quien aplica la obra de Cristo, vivifica, santifica y guía a los creyentes en toda verdad.

Fundamentos doctrinales — El carácter cristiano es la obra del Espíritu en los creyentes, conformándolos a la imagen de Cristo para reflejar Su gloria en la vida, el servicio y la comunidad de fe.

Fundamentos doctrinales — El evangelio es la buena noticia de que Dios salva por gracia, mediante la vida, muerte y resurrección de Cristo, cumpliendo Su promesa de redención para los creyentes.

Fundamentos doctrinales — La Trinidad revela que Dios es un solo ser en tres personas —Padre, Hijo y Espíritu Santo— iguales en esencia, distintas en persona y unidas en obra redentora.

Fundamentos doctrinales — La iglesia es la asamblea del pueblo de Dios llamado por Cristo, equipada para adorar, servir, cumplir la gran comisión y vivir en comunión mediante los medios de gracia.

Fundamentos doctrinales — Conocer a Dios es posible porque Él mismo se revela en la creación y plenamente en Cristo mediante las Escrituras, por obra del Espíritu Santo.

Fundamentos doctrinales — La Palabra de Dios es la revelación inspirada e infalible que posee autoridad, claridad, necesidad y suficiencia para guiar a Su pueblo en fe y vida.

Fundamentos doctrinales — Las Escrituras son la revelación escrita e inspirada de Dios: autoritativas, necesarias, claras y suficientes para guiar la fe y la vida del creyente.

Fundamentos doctrinales — La revelación es Dios dándose a conocer a Sí mismo en la creación (general) y en las Escrituras (especial), donde revela plenamente Su gloria y Su plan de salvación en Cristo.